Datos personales

Mi foto
Valencia, Estado Carabobo, Venezuela
La mujer de las largas paciencias se trae a sì misma lentamente al mundo. Andrèe Chedid

jueves, 11 de junio de 2009

Interpretación del texto:
Campo intelectual y proyecto creativo de Pierre Bordieu
Autora: Fabiola Sequera



Pierre Bordieu inicia su reflexión en torno al campo intelectual y al proyecto creativo, definiendo como la posición del artista en ese “andamiaje” del campo intelectual, está “en función de su obra pasada” y a la vez depende de la recepción que ésta haya encontrado.

Y es que en relación a lo que Bordieu denomina “sociología de la creación intelectual”, esta posee un objetivo propio y al mismo tiempo sus límites, puesto que se verá afectada por ese “sistema de relaciones sociales” en que se da como creación, como acto de comunicación y por la actitud del artista en la estructura del campo intelectual.

Pero ¿Qué es el campo intelectual? El autor lo compara con un “campo magnético”, es decir, un “sistema de líneas de fuerza”: se erige como un soporte de un sistema de conexiones diversas de las expresiones estéticas.

En la medida que las diferentes áreas de la actividad humana se diversificaron y se complejizaron surgió, un “orden intelectual” que se legitimiza y se opone a otros (económico, político, religioso). Como referencia tenemos la vida intelectual de la Europa del medioevo, y el renacimiento, tutelada por una autoridad externa y sólo en la medida en que los artistas creativos se organizaron, se liberan tanto en lo económico como en lo social del patronazgo de la nobleza y de la iglesia, igual sucede con sus valores éticos y estéticos; allí se inicia la institución o campo intelectual.

Aparecen “autoridades culturales” que serán encargadas de seleccionar y consagrar a los artistas creadores. El campo intelectual como cultural alcanzará una autonomía generando su propio “método estructural” desde sus propias leyes.

Surgen y proliferan instituciones de consagración a las artes y al intelecto: academias, salones donde “la nobleza fraternizó con la intelligencia burguesa” siglo XVIII. En la medida que ese campo intelectual va ganando autonomía, los artistas afianzarán y declararán su independencia y hasta su “indiferencia al público”. Lo observamos de manera contundente en el siglo XIX con el Romanticismo y el desarrollo de la teoría del arte por el arte, paralela a la Revolución Industrial incidiendo en factores como lo comercial (publicidad, comercialización de las obras de arte, etc.), y la necesidad de “glorificación del artista”.

Ya el campo artístico se maneja con autonomía y es a partir de éste proceso histórico de "autonomización y diferenciación interna” que se justifica la “autonomización metodológica” en el campo cultural con sus propias leyes.

A partir de esas condiciones históricas y sociales es que se hace posible la existencia de un “campo intelectual como sistema”.

Ahora bien, ¿qué idea se forma una sociedad acerca de la autenticidad o del valor de un artista? Bordieu nos señala como la sociedad devuelve, como en un espejo, al artista la imagen ya de aceptación o rechazo que de sí mismo le regresa… De manera que la sociedad interviene en el proyecto creativo al hacer al artista eco de sus “expectativas” como de sus “indiferencias”.

El artista está obligado a aceptar la “definición social” de su obra por parte del público y “la verdad” de su proyecto creativo puede ser punto de encuentro o desencuentro. Así, la legitimidad o valor de la obra depende de todo un andamiaje o sistema de relaciones que el artista mantiene con agentes, críticos, editores, etc.

En otro punto, Bordieu se refiere al “inconsciente cultural” en el que la escuela ha asumido la responsabilidad de transmitir y conservar lo cultural. De manera que la conexión del intelectual con su “pasado educativo” determina su sistema de “elección intelectual”. Menciona el autor a Erwin Panofsky y su principio de “fuerza formadora de hábitos” generado por las escuelas de pensamiento que ejercen su influencia sobre los que han sido expuestos directa o indirectamente a su sistema, generando un “habitus cultivado”.

Así, al hablar de una “sociología de la creación intelectual y artística” esta debe asumir un proyecto creativo como punto de encuentro que va más allá de una teoría estética, y que infiere en un sistema “autocontenido en la obra” (raison d’ être) con sus propios principios y normas, pero también, con una “teoría externa” que la vincula a condiciones sociales, culturales y económicas de la creación artística.

1 comentario:

  1. Fabiola,
    Tu interpretación del texto es excelente, Las ideas acerca del "campo magnético", "el espejo y la devolución" y el hábito" educativo en la cita de E.Panofsky son fundamentales. Te invito a leer mi interpretación del mismo texto para establecer un diálogo fructífero.
    Conociendo tu trayectoria profesional, trabajando con la misma galería y exhibiendo juntos en varias oportunidades, intuyo que la relación Proyecto Creativo y Campo Intelectual la interpretas en carne propia dando un ejemplo admirable de ese "juego magnético" de fuerzas y posisionamiento e el campo cultural.
    Personalmente me interesa, y apasiona la dinámica gestión que los artistas deben asumir en este terreno

    ResponderEliminar